lunes, 24 de junio de 2013

LXV

Quiero escribirte la poesía más bonita del mundo
aferrado a un papel con temblorosas manos.
Palabras que huyen del reto imposible
de trazar con tinta tu simple presencia.
Más fácil es contar los granos de arena
de una blanca playa virgen
que describir la belleza de tus ojos.
Gotas de lluvia resbalando por el monte
durante siglos de eléctricas tormentas
no son suficientes para trazar tu belleza.
Belleza imposible de sueños de luz
que alumbran mis ojos de ciego dolor.
Te adivino entre la densa niebla
sin poder alcanzar tu prohibido amor.
Concebida fuiste para despertarme
de la oscura pesadilla de tu ausencia.
Castigado soy por sentirte y no verte.
Reo de tu aroma que al cadalso conduce
sin benevolencia, sin piedad, sin perdón.
Te pienso y vienen los tornados
que confunden mis sentidos.
Estás, te busco y no te encuentro.
Perteneces al onírico mundo
al que viajo cuando duermo.
Amarga traición cometo al despertar
y alejarme del reino
en el que quiero reinar.
Quiero escribirte...
¿Qué quieres tú?
¿Mi sueño infinito?
Lo aceptaré...

Santi Malasombra

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