miércoles, 26 de junio de 2013

LXVI

La felicidad se alcanza cuando, lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía.
Gandhi.

La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante.
Antonio Gala.

Una mesa, una silla, un plato de fruta y un violín, ¿qué más necesita un hombre para ser feliz?
Albert Einstein.

Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Jean Paul Sartre.

Existen dos maneras de ser feliz, una es hacerse el idiota y la otra serlo.
Sigmund Freud.

   Estas son algunas de las frases sobre la felicidad que he escogido entre las miles que hay. No tengo ninguna favorita, pero he querido mostrar un mosaico de lo que han dicho algunos personajes conocidos.

   Yo no sabría definir la felicidad en una frase o en varias. Creo que es algo demasiado personal para generalizarlo. Yo me limito a disfrutar de momentos felices. Momentos cotidianos y que nada tienen que ver con las grandes aspiraciones filosóficas atribuidas a los humanos.

   Yo soy feliz cuando una cajera del super me sonríe y cuando una camarera de un bar me dice: ¿qué te pongo, guapo?. Lo hacen con todos, pero en ese instante soy yo el que ve, escucha y soy feliz.
   Soy feliz cuando después de una dura noche de trabajo, llego a casa y entro en la ducha y cuando salgo de ella y me siento frente al ordenador a escribir, leer o interactuar en las redes sociales.
   Soy feliz cuando estoy comiendo mi plato preferido acompañado de una cerveza fresca.
   Soy feliz cuando encuentro un billete de cinco euros en al bolsillo de un pantalón que no recordaba tener.
   Soy feliz cuando me siento en mi sofá y escucho una canción que me gusta o disfruto de una buena película.
   Soy feliz en la orilla el mar, echándome una siesta debajo de un pino, tomando un café en una terraza, cuando ligo y la chica viene a mi casa, voy a la suya o vamos a un hotel, cuando mi Betis gana un partido, cuando hago reír a mi hermana con mis chorradas, cuando me acuesto un sábado por la mañana y no tengo que poner el despertador, cuando se que el dinero me llega a fin de mes,  cuando una preciosidad me mira a los ojos, cuando alguien o algo me hace gracia...

   Infinidad de momentos felices que vivo día a día. Parece todo muy bonito, pero os confesaré un secreto. Cuando me paro a reflexionar cinco minutos sobre mi vida, me siento triste. Muy triste.

Santi Malasombra

lunes, 24 de junio de 2013

LXV

Quiero escribirte la poesía más bonita del mundo
aferrado a un papel con temblorosas manos.
Palabras que huyen del reto imposible
de trazar con tinta tu simple presencia.
Más fácil es contar los granos de arena
de una blanca playa virgen
que describir la belleza de tus ojos.
Gotas de lluvia resbalando por el monte
durante siglos de eléctricas tormentas
no son suficientes para trazar tu belleza.
Belleza imposible de sueños de luz
que alumbran mis ojos de ciego dolor.
Te adivino entre la densa niebla
sin poder alcanzar tu prohibido amor.
Concebida fuiste para despertarme
de la oscura pesadilla de tu ausencia.
Castigado soy por sentirte y no verte.
Reo de tu aroma que al cadalso conduce
sin benevolencia, sin piedad, sin perdón.
Te pienso y vienen los tornados
que confunden mis sentidos.
Estás, te busco y no te encuentro.
Perteneces al onírico mundo
al que viajo cuando duermo.
Amarga traición cometo al despertar
y alejarme del reino
en el que quiero reinar.
Quiero escribirte...
¿Qué quieres tú?
¿Mi sueño infinito?
Lo aceptaré...

Santi Malasombra