domingo, 12 de mayo de 2013

LXII

Desátame para no huir
de la celda de tus manos,
que trazan en cada caricia
los barrotes de mi piel.
Desátame para sentir
la miel de tus besos,
que impregnan de libertad
el cautiverio de mi alma.
Desátame para soñar
con el verde camino,
que conduce al deseo
de no fugarme jamás.
Desátame para amar
a la ardiente carcelera,
que mi condena tornó
en terrenal paraíso.
Desátame con tus ojos,
que llaves son de mi ser.
Desátame, bella aulladora
de afiladas y tiernas garras.
Desátame en el bosque
que es tu casa y la mía.
Desátame para no huir.
Desátame...

Santi Malasombra

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