viernes, 31 de mayo de 2013

LXIV

Procuro olvidarte, pero no puedo...
No puede la sangre olvidar su camino.
No puede la hierba olvidar el rocío.
No puede el trigo olvidar el viento.
No puede el acantilado olvidar la ola.
No puede el mar olvidar la brisa.
No puede el árbol olvidar las raíces.
No puede el bosque olvidar la niebla.
No puede el monte olvidar las nubes.
No puede la tierra olvidar la lluvia.
No puede la tormenta olvidar el trueno.
No puede la madre olvidar al hijo.
No puede la flor olvidar su aroma.
No puede el águila olvidar su vuelo.
No puede el lobo olvidar su aullido.
No puede el deseo olvidar la piel.
No puede la mano olvidar la caricia.
No puede la boca olvidar el beso.
Procuro olvidarte, pero no puedo...
Procuro olvidarte, pero no quiero...
No quiero...

Santi Malasombra.

sábado, 25 de mayo de 2013

LXIII

Tito, ¿me llevas al parque?
Miro a su madre, mi hermana, y me dice que no tarde mucho.

Mi sobrino agarra mi mano y nos vamos. Apenas en unos minutos estamos allí. Me siento en un banco mientras el se junta en la zona de columpios con otros chavales de su corta edad. Ten cuidado, le digo, convencido de que mi advertencia caerá en saco roto.
Enfrente de mi está el centenario olmo que ha visto incontables juegos de niños durante el día y flirteos adolescentes al caer la noche. Los recuerdos se agolpan, pero me centro en uno: en una foto amarillenta de principios de los setenta. Estoy en los brazos de mi madre bajo la sombra de aquel viejo olmo.

Miro el reloj y busco a mi sobrino. Es la hora de volver. Tiene un rasguño en el brazo, las rodillas y la ropa sucia. Nos caerá una buena reprimenda a los dos. Es lo justo.

Vuelvo a mi casa y busco en el baúl esa vieja foto y allí está, acompañada de otras en las que se ve a una madre feliz con el niño que un día fui.
No puedo evitar que aparezcan las lágrimas y cierro el baúl. Paso frente a un espejo del salón y me veo reflejado. Veo a un adulto de ojos llorosos, pero con la sonrisa de niño feliz. Sonrisa grabada por el amor de mi.


Santi Malasombra


Aquí está el audio de la carta emitido en el programa Es Amor con la voz de Ayanta Barilli.

http://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2013-05-24/carta-de-amor-el-amor-de-mi-madre-59186.HTML

Aquí está el programa completo. A partir del minuto 8, Ayanta lee mi carta y luego hablo unos minutos con ella.

http://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2013-05-24/es-amor-jueves-230513-59189.HTML

domingo, 12 de mayo de 2013

LXII

Desátame para no huir
de la celda de tus manos,
que trazan en cada caricia
los barrotes de mi piel.
Desátame para sentir
la miel de tus besos,
que impregnan de libertad
el cautiverio de mi alma.
Desátame para soñar
con el verde camino,
que conduce al deseo
de no fugarme jamás.
Desátame para amar
a la ardiente carcelera,
que mi condena tornó
en terrenal paraíso.
Desátame con tus ojos,
que llaves son de mi ser.
Desátame, bella aulladora
de afiladas y tiernas garras.
Desátame en el bosque
que es tu casa y la mía.
Desátame para no huir.
Desátame...

Santi Malasombra