viernes, 8 de marzo de 2013

LV

El viento me regala la voz
que reclama compañía.
Hasta el fondo del erial
que domina mi alma
cavaré sin tregua.
Hasta el último aliento
de vida que un día salvaste
ofreceré en un altar.
Yo maldigo a los dioses
que tu soledad permiten.
¿No conocen tus labios
rojos de rojas rosas?
¿Tu cuerpo bendecido
con morbosa piel
dulce como el almíbar
y delicada como
la hierba rociada
de la mañana?
Levántate, poderosa loba.
Alza desafiante tus ojos.
Aúlla a la rosa de los vientos
y que Venus llore de envidia.
 
Santi Malasombra

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