sábado, 2 de noviembre de 2013

LXXIII

El viaje hacia tu cuerpo
es la soñada aventura
para la que parto.
Navego hacia
el horizonte
de tu amor.
Diviso tu piel
salpicada del agua
que el mar arroja.
Sirenas de legendaria
belleza contigo danzan.
Poderosos tiburones
de blanco torso
tu paso guardan.
Mi nave se acerca
y mis marineros
de miedo tiemblan.
Mil tormentas en una
se abaten sobre mi.
El fuego de San Telmo
se enfurece
por mi osadía.
Solo quiero verte,
mirarte a los ojos,
dar fe de la creación
de la más bella
de las mujeres.
¡Pobre infeliz!
Mi atrevimiento
pago con el naufragio.
Amanece en la isla
y mis ojos se abren.
En la orilla del mar
mi cuerpo está.
Pero mi alma
lejos se encuentra.
Secuestrada por ti,
cautiva de tu
dulce y mortal sonrisa.
Prisionera de tus
salados labios.
Ya no necesito
respirar más.
¡Te he visto!
¡He ganado!
¡Eres mía!

Santi Malasombra


domingo, 20 de octubre de 2013

LXXII

No me importa el otoño,
tú eres mi verano.
No me importa la resaca,
tú eres mi borrachera.
No me importa el tornado,
tú eres mi calma.
No me importa la guerra,
tú eres mi paz.
No me importa el miedo,
tú eres mi valor.
No me importa la sed,
tú eres mi agua.
No me importa la penumbra,
tú eres mi claridad.
No me importa el ocaso,
tú eres mi amanecer.
No me importa la muerte,
tú eres mi vida.
No me importa nada,
solo saber quién eres tú.
¿Dónde estás?
¿Por qué te escondes?
¿Existes?
¿Eres real?
¿Eres una nube?
¿Eres una alucinación?
¿Eres una quimera?
¿Eres una flor?
¿Quién eres?
¿Qué eres?
¿Quién soy yo si no estás?
¿Un sueño?
¿Una pesadilla eterna?
¿Una ola que muere en
la orilla del mar?
¿Una gota de lluvia
que se pierde en la tierra?
¿Un barco que naufraga
en la tormenta?
¿Quién eres tú?
¿Quién soy yo?
¿Quiénes somos?
¿Quién eres tú?
¿Quién eres?
¿Quién?

Santi Malasombra

viernes, 20 de septiembre de 2013

LXXI

Pasé horas y horas con mi primer y último microscopio observando pelos, alas de mosca, granos de arroz, trozos de cebolla...
Si mi mente no se hubiese dispersado por tantos caminos, tantos mundos, tantos faros que mostraban objetivos por alcanzar...
Si las circunstancias no me hubiesen golpeado con tanta crueldad, tanta crudeza...
Si no me hubiese empeñado en escalar montañas inexistentes, nadar en ríos sin agua...
Si aquella rubia de ojos grises, cuerpo desgarbado, sonrisa triste y labios finos me hubiese amado la mitad de lo que yo la amé...
Si no me hubiese perdido en los sueños que perturban mi paso mientras estoy despierto...
Si no...
Si no...
Si no me hubiese acobardado ante la aventura que la vida me regaló...
Si el mundo hubiese sido más pequeño...
Si la puta carretera no me hubiese robado el más puro de los abrazos...
Tantos condicionantes, demasiados...
Si no...
Si no...
Si no hubiese reprimido las lágrimas...
Si no hubiese jurado fidelidad eterna a la desesperada soledad del culpable sin culpa...
Si no hubiese despreciado la ayuda sincera de buena gente..,
Si no hubiese conocido la muerte...
Si hubiese interpretado las partituras que la existencia nos pone ante nosotros...
Si la noche fuese más corta y la luna más grande...
Si la luz que me guió no me hubiese engañado como el tahúr al pardillo...
Si no...
Si no...
Si no...
Condicionantes sin sentido y con pasado inamovible.
Palabras que surgen en la desesperada y dulce noche que se enamoró de mí...
Y yo de ella...
Instintos primarios que pasan de largo a la espera del último vagón al que no quiero subir...
No te compadezcas de mí.
No me tomes muy en serio...
Soy un luchador sin armas en la guerra por la nada...
Un soñador despierto que grita en el silencio de las letras juntadas...
No me cambio por nadie.
No envidio nada.
Amo mis contradicciones.
Amo mis locuras.
Amo mi mundo irreal.
Soy, nada más y nada menos, yo.
El que suscribe y escribe sin miedo al que dirán.
El que respira en las nubes que giran sobre mí.
El que desafía a la tormenta y no quiere mojarse..,
Sí. Soy yo.
Atentamente,
 
Santi Malasombra

domingo, 25 de agosto de 2013

LXX

Una leve caricia en lujuriosa
se torna si tu piel la recibe.
Una simple mirada invita
al pecado en la ardiente
noche de sudoroso estío.
Una inocente sonrisa
delata el fuego
en el que deseo arder.
Tu quebradiza y amarga
voz abrasa mis sentidos.
Presagio de incendios
perennes es tu cuerpo
bañado en caliente sudor.
Quiero ser agua para que
tu calor me evapore,
frío hielo para que
tu ardor me derrita.
Quiero ser el hombre
que alimente tu pasión
de mujer infernal.
Quiero extinguirme
en tu cálido cuerpo.
Quiero ser el combustible
de las eternas llamas
que viven en ti.
Mi deseo es morir
en el placer
de tu hoguera.
¡Quémame!
¡Abrásame!
¡Devórame!
¡Mátame!

Santi Malasombra


martes, 13 de agosto de 2013

LXIX

Bailando en el fuego que de tus ojos nace
y que alimenta la hoguera de mi alma.
El crepitar de mis manos en tu cintura
ofrece la música para esta danza infernal.
Ascuas de sangre caliente y roja
son tus labios sobre sobre los míos.
Ardorosos besos de tanto calor
que hasta el astro rey los envidia.
Contoneo de cuerpos que arden
en eterna y maldita combustión.
¡Qué el frío se aleje de nosotros!
¡Qué al agua no ose apagarnos!
¡Qué la leña no se agote!
Danza de fuego quiero bailar
en la pista de baile de tus caricias.
Danza de fuego en el infierno.
Si es contigo, ¿por qué no?
¡Condenémonos juntos!
No temo al fuego.
No te temo.
El fuego eres tú.

Santi Malasombra

martes, 30 de julio de 2013

LXVIII

No me busques en la claridad de la mañana.
No me busques en el radiante sol.
No me busques hierba.
No me busques en la fresca lluvia.
No me busques en el dulce mar.
No me busques en el alegre monte.
No me busques en la inocente mirada.
No me busques en la sonrisa de un niño.
No me busques en la sutil caricia.
No me busques en la blanca luna.
No me busques en brillantes estrellas.

Búscame en el tenebroso abismo
de un alma errante.
Búscame...
Encuéntrame...
Rescátame...

Santi Malasombra

miércoles, 3 de julio de 2013

LXVII

Ayanta y los bichos.

Aquel día hubo pleno en el Parlamento de los Bicholandia. Tomó la palabra la Viuda Negra como presidenta:
-Invertebrados diputados, este gobierno ha decidido poner en marcha una misión de reconocimiento para descubrir los secretos del amor. Hemos sabido de la existencia de una humana llamada Ayanta Barilli que habla en la radio sobre amor, precisamente. Vamos a seguirla hasta descubrir porqué razón son tan felices los que se enamoran.
El escarabajo pelotero aplaudió con entusiasmo, la mantis religiosa rezó para que el proyecto tuviese éxito y la mosca Tse Tse se quedó dormida en su escaño.

Las primeras enviadas fueron las cucarachas. Esperaron a Ayanta en el trayecto nocturno que solía hacer cuando iba y venía de la radio. Intentaron acercarse al verla, pero ésta las miraba con cara de asco y trataba de alejarse de ellas. Las cucarachas dieron cuenta a su gobierno del fracaso y pasaron al siguiente plan.

Un grupo de hormigas bien entrenadas por el general Hormigón Armado, lograron infiltrarse en el domicilio de Ayanta y trataron de hablar con ella. Todo fue inútil. Ella las perseguía y pisoteaba. Además, un geko montaba guardia por si alguna lograba escapar. Las bajas eran constantes y numerosas, pero las valientes hormigas no se rendían nunca. Demostraron su valor, pero no conseguían resultados.

En un nuevo intento, el ejército de Bicholandia recurrió a sus Fuerzas Aéreas y millones de polillas invadieron la ciudad donde vive Ayanta. Muchas lograron acercarse a ella, pero fueron abatidas sin compasión.

Comprendieron que acercarse en grupo era inútil y decidieron una nueva táctica: Infiltrarían a una agente solitaria que no llamase mucho la atención y que, por fin, descubriese los secretos del amor que escondía. La nueva misión recayó sobre la mosca. La siguió hasta el estudio de radio y cuando empezaba a tomar apuntes de lo que contaba Ayanta a sus oyentes, fue descubierta y perseguida. Logró zafarse de unos cuantos ataques, pero entonces apareció María con un insecticida y acabó con ella.

El gobierno de Bicholandia había perdido toda esperanza y decidió poner fin al intento de saber qué era el amor. Entonces se presentó una abejita y se ofreció voluntaria. Como no tenían nada que perder le dieron permiso.
Al cabo de unos días, la abejita volvió con cara de felicidad. Todos se emocionaron y pidieron que contase qué había descubierto.

-Pues veréis, llegué a su casa, revoloteé cerca de las ventanas y apareció Ayanta. Ella no me vio y pude espiarla con tranquilidad. Entonces puede ver en sus ojos algo único y mágico: la ilusión, la fascinación, la felicidad, la alegría....Y comprendí que el amor está dentro de cada uno de nosotros.
-¿Qué estaba haciendo?- Preguntaron intrigados.
-Nada- Contestó la abejita- estaba mirando una destartalada planta de la que había brotado una flor naranja, pequeña y picuda.

miércoles, 26 de junio de 2013

LXVI

La felicidad se alcanza cuando, lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía.
Gandhi.

La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante.
Antonio Gala.

Una mesa, una silla, un plato de fruta y un violín, ¿qué más necesita un hombre para ser feliz?
Albert Einstein.

Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Jean Paul Sartre.

Existen dos maneras de ser feliz, una es hacerse el idiota y la otra serlo.
Sigmund Freud.

   Estas son algunas de las frases sobre la felicidad que he escogido entre las miles que hay. No tengo ninguna favorita, pero he querido mostrar un mosaico de lo que han dicho algunos personajes conocidos.

   Yo no sabría definir la felicidad en una frase o en varias. Creo que es algo demasiado personal para generalizarlo. Yo me limito a disfrutar de momentos felices. Momentos cotidianos y que nada tienen que ver con las grandes aspiraciones filosóficas atribuidas a los humanos.

   Yo soy feliz cuando una cajera del super me sonríe y cuando una camarera de un bar me dice: ¿qué te pongo, guapo?. Lo hacen con todos, pero en ese instante soy yo el que ve, escucha y soy feliz.
   Soy feliz cuando después de una dura noche de trabajo, llego a casa y entro en la ducha y cuando salgo de ella y me siento frente al ordenador a escribir, leer o interactuar en las redes sociales.
   Soy feliz cuando estoy comiendo mi plato preferido acompañado de una cerveza fresca.
   Soy feliz cuando encuentro un billete de cinco euros en al bolsillo de un pantalón que no recordaba tener.
   Soy feliz cuando me siento en mi sofá y escucho una canción que me gusta o disfruto de una buena película.
   Soy feliz en la orilla el mar, echándome una siesta debajo de un pino, tomando un café en una terraza, cuando ligo y la chica viene a mi casa, voy a la suya o vamos a un hotel, cuando mi Betis gana un partido, cuando hago reír a mi hermana con mis chorradas, cuando me acuesto un sábado por la mañana y no tengo que poner el despertador, cuando se que el dinero me llega a fin de mes,  cuando una preciosidad me mira a los ojos, cuando alguien o algo me hace gracia...

   Infinidad de momentos felices que vivo día a día. Parece todo muy bonito, pero os confesaré un secreto. Cuando me paro a reflexionar cinco minutos sobre mi vida, me siento triste. Muy triste.

Santi Malasombra

lunes, 24 de junio de 2013

LXV

Quiero escribirte la poesía más bonita del mundo
aferrado a un papel con temblorosas manos.
Palabras que huyen del reto imposible
de trazar con tinta tu simple presencia.
Más fácil es contar los granos de arena
de una blanca playa virgen
que describir la belleza de tus ojos.
Gotas de lluvia resbalando por el monte
durante siglos de eléctricas tormentas
no son suficientes para trazar tu belleza.
Belleza imposible de sueños de luz
que alumbran mis ojos de ciego dolor.
Te adivino entre la densa niebla
sin poder alcanzar tu prohibido amor.
Concebida fuiste para despertarme
de la oscura pesadilla de tu ausencia.
Castigado soy por sentirte y no verte.
Reo de tu aroma que al cadalso conduce
sin benevolencia, sin piedad, sin perdón.
Te pienso y vienen los tornados
que confunden mis sentidos.
Estás, te busco y no te encuentro.
Perteneces al onírico mundo
al que viajo cuando duermo.
Amarga traición cometo al despertar
y alejarme del reino
en el que quiero reinar.
Quiero escribirte...
¿Qué quieres tú?
¿Mi sueño infinito?
Lo aceptaré...

Santi Malasombra

viernes, 31 de mayo de 2013

LXIV

Procuro olvidarte, pero no puedo...
No puede la sangre olvidar su camino.
No puede la hierba olvidar el rocío.
No puede el trigo olvidar el viento.
No puede el acantilado olvidar la ola.
No puede el mar olvidar la brisa.
No puede el árbol olvidar las raíces.
No puede el bosque olvidar la niebla.
No puede el monte olvidar las nubes.
No puede la tierra olvidar la lluvia.
No puede la tormenta olvidar el trueno.
No puede la madre olvidar al hijo.
No puede la flor olvidar su aroma.
No puede el águila olvidar su vuelo.
No puede el lobo olvidar su aullido.
No puede el deseo olvidar la piel.
No puede la mano olvidar la caricia.
No puede la boca olvidar el beso.
Procuro olvidarte, pero no puedo...
Procuro olvidarte, pero no quiero...
No quiero...

Santi Malasombra.

sábado, 25 de mayo de 2013

LXIII

Tito, ¿me llevas al parque?
Miro a su madre, mi hermana, y me dice que no tarde mucho.

Mi sobrino agarra mi mano y nos vamos. Apenas en unos minutos estamos allí. Me siento en un banco mientras el se junta en la zona de columpios con otros chavales de su corta edad. Ten cuidado, le digo, convencido de que mi advertencia caerá en saco roto.
Enfrente de mi está el centenario olmo que ha visto incontables juegos de niños durante el día y flirteos adolescentes al caer la noche. Los recuerdos se agolpan, pero me centro en uno: en una foto amarillenta de principios de los setenta. Estoy en los brazos de mi madre bajo la sombra de aquel viejo olmo.

Miro el reloj y busco a mi sobrino. Es la hora de volver. Tiene un rasguño en el brazo, las rodillas y la ropa sucia. Nos caerá una buena reprimenda a los dos. Es lo justo.

Vuelvo a mi casa y busco en el baúl esa vieja foto y allí está, acompañada de otras en las que se ve a una madre feliz con el niño que un día fui.
No puedo evitar que aparezcan las lágrimas y cierro el baúl. Paso frente a un espejo del salón y me veo reflejado. Veo a un adulto de ojos llorosos, pero con la sonrisa de niño feliz. Sonrisa grabada por el amor de mi.


Santi Malasombra


Aquí está el audio de la carta emitido en el programa Es Amor con la voz de Ayanta Barilli.

http://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2013-05-24/carta-de-amor-el-amor-de-mi-madre-59186.HTML

Aquí está el programa completo. A partir del minuto 8, Ayanta lee mi carta y luego hablo unos minutos con ella.

http://esradio.libertaddigital.com/fonoteca/2013-05-24/es-amor-jueves-230513-59189.HTML

domingo, 12 de mayo de 2013

LXII

Desátame para no huir
de la celda de tus manos,
que trazan en cada caricia
los barrotes de mi piel.
Desátame para sentir
la miel de tus besos,
que impregnan de libertad
el cautiverio de mi alma.
Desátame para soñar
con el verde camino,
que conduce al deseo
de no fugarme jamás.
Desátame para amar
a la ardiente carcelera,
que mi condena tornó
en terrenal paraíso.
Desátame con tus ojos,
que llaves son de mi ser.
Desátame, bella aulladora
de afiladas y tiernas garras.
Desátame en el bosque
que es tu casa y la mía.
Desátame para no huir.
Desátame...

Santi Malasombra

lunes, 22 de abril de 2013

LXI

El silencio de la noche no es tal.
Gritos desesperados
que nadie escucha.
Lágrimas del insomne
que nadie ve.
Saetas que la sangre derrama
en la oscura soledad y nadie cura.
Minutos que horas parecen
en el noctámbulo reloj.
No amanece, no amanece.
La luna da una tregua,
pero no es suficiente.
Madrugada asesina de almas
que susurran y suplican
la claridad del nuevo día.
No amanece, no amanece.
Cobardes y valientes.
Traidores y héroes
en la oscuridad
igualan fuerzas.
Unidos por el destino
caminan juntos
hasta el amanecer.
Ya amanece.
¡Por fin amanece!

Santi Malasombra

domingo, 14 de abril de 2013

LX

Mi primer beso,
el último primer beso.
Mis jóvenes labios
nacieron sedientos
del agua de tu boca.
Habrá mas días,
pero no como aquel.
Recuerdos de inocencia
y pícaras miradas.
Bella torpeza
y juvenil aroma
que no volverá.
Ojos grises,
labios finos
y larga melena
del color del trigo seco.
Alientos que chocan
a la velocidad
del desbocado corazón.
Sabor salado de mar.
Temblor en tus manos
y en las mías.
Acariciados por la brisa
nos dejamos llevar
hasta el dulce destino
que jamás llegará.
Cuando llegue mi hora
quiero morir
sintiendo aquello
que el primer beso
me hizo vivir.

Santi Malasombra


martes, 9 de abril de 2013

LIX

¿Dónde estamos ahora?
Yo, en la habitación
de tus lejanos besos
que hay en el castillo
de tus ojos grises.
Tú en los delirios
de un desesperado loco
que sueña despierto.

¿Dónde estamos ahora?
Yo, naufragando
entre las olas
de tu pelo de seda.
Tú, en las lágrimas
que llueven de mis ojos
al recordar tu ausencia.

¿Dónde estamos ahora?
Yo, perdido en el viento
de tu poderosa y dulce voz
que aplaca a la tempestad
condenándola al silencio.
Tú, al final del camino
que nunca alcanzaré.

¿Dónde estamos ahora?
¿Dónde estás tú?
¿Dónde?

Santi Malasombra.

lunes, 8 de abril de 2013

LVIII

Noche de domingo recién nacida
en el otoño temprano de un pub de la costa.
Apenas quedan turistas y se puede respirar.
Buena música y mejor compañía.
Amigos que charlan de asuntos mundanos
entre risas, café y partida de dardos.
Disimuladas miradas a un grupo de chicas.
Ellas son cuatro, nosotros tres.
No importa, no habrá acercamientos.
El reloj avanza y mis amigos lo saben.
Mañana es lunes y deben madrugar.
¡Lá última y nos vamos!
Yo no tengo prisa.
Mi lunes comienza por la tarde.
Pago yo, que perdí la partida
y decido quedarme un rato.
Sentado en la barra junto
a la máquina de dardos.
Os veo venir enre risas.
¡Ahora jugamos nosotras!
Dice una de ellas.
¡Todo vuestro! Añado yo.
Te sientas a mi lado
mientras esperas tu turno
para lanzar el dardo.
Pero ya lo has hecho,
tal vez sin querer.
Tus ojos negros hicieron diana
en mis verdes y cansados ojos.
Sonrío, me presento y tu nombre pregunto.
María José, dices, mientras
te levantas y cumples con el juego.
Me presentas a tus amigas,
pero ya no recuerdo sus nombres.
Comenzamos a hablar y
el cortejo se inicia.
No eres de aquí, eres del norte.
Te marchas en una semana
y yo me quedaré.
Te reclaman para lanzar
y pasas de hacerlo con un gesto
inocente para ellas y revelador para mi.
Te gusto, lo se, y sabes que me gustas.
Pasa media hora y tus amigas se despiden.
No hubo palabras, tal vez alguna señal.
Se me escapó, pero tu te quedas.
Seguimos hablando acompañados por la música.
Suena Janis Joplin y se iluminan tus ojos.
¡Hace mucho que no escucho este tema!
¿Bailamos? Pregunto sabiendo la respuesta.
Tus brazos en mi cuello
y en tu cintura mis manos.
Llegó un beso y luego otro.
Yo no soy tan fácil
ni suelo hacer esto.
Dices como disculpándote.
Eso espero, te respondo.
¿De verdad te marchas en una semana?
Sí, además tengo novio en mi tierra.
¡No le cuentes lo nuestro!
¡No lo haré! Respondes entre risas.
Acaba la canción, el baile,
los besos y el verano.
Tu apartamento está muy cerca.
Te marchas apresurada
y yo subo a mi coche.
Conduzco media hora
hasta llegar a casa.
Acompañado por un tema de Loquillo.

Siempre quise ir a L.A.
cruzar el mar en tu compañía....

Santi Malasombra

viernes, 22 de marzo de 2013

LVII

Acudo a la cita con la esperanza
de hallarte en el lugar acordado.
Las oscuras y vacías calles de la noche
son el punto de encuentro.
Mas no te veo.
Mis ojos, ya acostumbrados
a la cruel oscuridad,
te buscan sin descanso.
Como un perro abandonado
sigo el rastro imposible
de tu aroma de mujer.
Mi sustento, mi dueña,
mi vida, mi amor.
Viejas farolas de viejo metal
iluminan la niebla que
acompaña mi camino.
La promesa de tus caricias
me da fuerza, aliento y vida.
¿Dónde estás?
¿Dónde te escondes?
Necesito abrazarte como el mar
al rocoso acantilado.
Besarte como el sol
a la mañana que nace.
Acariciarte como la lluvia
a la tarde de otoño.
Tenerte como el rayo
a la tormentosa noche.
Desesperado y triste
vago en silencio.
Silencio que rompe
el trueno de tu aullido.
Mis ojos renacen,
mi corazón late.
Mi cuerpo reacciona
iniciando una carrera
hacia la voz que me llama.
La meta es mi religión.
La meta es mi todo.
La meta eres tu.

Santi Malasombra

miércoles, 20 de marzo de 2013

LVI

Carta seleccionada y leída en el programa de Ayanta Barilli, Es Amor en Esradio.

Querido amigo:

Hoy te escribo para decirte que te admiro mucho. Eres la persona más transparente que conozco. Jamás escondes lo que piensas y sobre todo amas a tu esposa e hijos por encima de todo. En... diversas ocasiones has ofrecido tu vida y corrido graves peligros para que ellos no sufrieran. Sí, es cierto, hay tensiones con tu hijo mayor y sueles estrangularlo a menudo, pero todos sabemos que es algo cariñoso y que no llegarás nunca hasta el final. Un día tu hija me dijo que la acompañabas a lugares que tú odias para que ella disfrute de sus necesidades culturales. Te veo acompañándola a un teatro mientras unas bailarinas danzan o unos músicos interpretan música que no entiendes ni te apetece entenderla.

Lo haces por amor y eso te dignifica. Tu hija pequeña, que todavía no habla y apenas camina, es capaz de empuñar un rifle para salvarte de unos mafiosos que un día intentaron liquidarte y lo hizo por amor a ti. Amor que sólo unos pocos elegidos como tú pueden conseguir.

No lo sabes amigo, pero aunque nunca has escuchado a tu hija pequeña hablar, un día dijo algo después de que le dieras un beso de buenas noches y salieses de su cuarto. Su palabra fue: "papi". No la escuchaste, ni tu familia, ni tus vecinos, pero los que te seguimos, sí.

Es imposible no quererte tal y como eres. Has estado varias veces en la cárcel, has sido mafioso, contrabandista, estafador, ladrón, borracho, jugador, saboteador, polígamo, usurpador de identidad, entrenador de bailes de mal gusto para deportistas, traidor, chivato, pero por encima de todo amas a tu familia. Espero todas las tardes con verdadera ansiedad esas reuniones que tenemos en el bar. Allí escucho con devoción todos tus consejos hasta que el dueño nos echa amenazándonos con una escopeta.

Siempre llevaré en mi corazón aquel día que te pedí que fueras mi consejero espiritual y aceptaste después de unas cuantas cervezas y de gritar: ¡MOSKIS!

Consejero, amigo y hermano Homer. Un abrazo.


Audio con voz de Ayanta Barilli.



viernes, 8 de marzo de 2013

LV

El viento me regala la voz
que reclama compañía.
Hasta el fondo del erial
que domina mi alma
cavaré sin tregua.
Hasta el último aliento
de vida que un día salvaste
ofreceré en un altar.
Yo maldigo a los dioses
que tu soledad permiten.
¿No conocen tus labios
rojos de rojas rosas?
¿Tu cuerpo bendecido
con morbosa piel
dulce como el almíbar
y delicada como
la hierba rociada
de la mañana?
Levántate, poderosa loba.
Alza desafiante tus ojos.
Aúlla a la rosa de los vientos
y que Venus llore de envidia.
 
Santi Malasombra

miércoles, 6 de marzo de 2013

LIV

Noche de almas errantes
que gritan mi nombre.
Reclaman el pago
por servicios prestados.
Acompañantes interesadas
que fingen fidelidad.

Almas sin rostro ni nombre.
Almas que susurraban
palabras imposibles.
Almas bellas y tristes.
Almas sonrientes y crueles.
Malditas almas ausentes
que secan el agua
que regala vida
a mis folios en blanco.
Mi guante os lanzo
con ganas de duelo.
Duelo a muerte
al amanecer de
las letras, mis letras.
Desesperado y furioso
espero respuesta.
Aceptad mi reto.
Aceptad la sangre
que ofrezco derramar.
Todo o nada.
Morir o escribir.
Que los dioses
me amparen
Alea Jacta est.

Santi Malasombra

lunes, 11 de febrero de 2013

LIII

Ahogado en un inmeso mar sólo veo palabras que huyen. Palabras salvajes que no se dejan domar por este pobre escribano abandonado por las musas. Palabras veloces como estrellas fugaces que no se detienen a ser contempladas. ¿Dónde estáis? ¿Qué mal os hice? Vuestra ausencia en el folio en blanco se torna burlona y cruel. Ironiza sobre mi incapacidad de unir unas cuantas de las que sentirme orgulloso. Musas que antes me visitaban ya no lo hacen. ¿Acaso las asusté? ¿Acaso las falté? Desesperada es mi llamada. ¡Voved! ¡Regresad! ¿Qué queréis a cambio? ¿Mi alma? Ya era vuestra desde el inicio de mi existencia. No tengo nada que ofrecer más de lo que os he dado. Sí, se que vosotras me habéis regalado tesoros inimaginables que no tienen precio. Pero os pido más. Soy un maldito egoista que quiere vivir a vuestro lado. Palabras, palabras, palabras...Palabras como belleza, amor, estrella, flor, amanecer, beso, lluvia, vida, nieve, risa, viento, caricia...Os quiero ver para uniros y jugar con vosotras al juego más maravilloso que el humano inventó: escribir. Sólo una de vosotras me es fiel. Sólo una de vosotras me recuerda vuestra ausencia.
Lágrima.
Lágrima, porque no escribo.
Lágrima, porque no vivo si no escribo.
Lágrima por la musa que huyó.
Lágrima por el lápiz que no camina.
Lágrima por mi vida que no es tal
si en ella la escritura no está.

Santi Malasombra

domingo, 3 de febrero de 2013

LII

Espero que al recibo de la presente carta estés bien, aunque se que siempre lo estás. Naciste para ser mía y yo nací para amarte. No me importa compartirte. Tienes tanto amor que dar que una sola persona no puede abarcarlo todo. Tu presencia hace que se me olviden todos los problemas. Eres la única que me entiende y me escucha sin reproches. A veces me enfado y te maldigo, pero enseguida te ofreces para perdonarme. No conoces el rencor. Si estoy triste y te pido que me calmes con tu dulce voz, lo haces y no me pides nada a cambio. Eres silenciosa y sólo hablas cuando yo te lo pido. Estás a mis órdenes y no te quejas por injustas que sean mis peticiones y caprichos. Soy el maldito dictador que maneja tus hilos y, sin embargo, permaneces a mi lado. Combates mi soledad con mano firme y con el juramento de no rendirte jamás. Cuando te pido que cantes para mi, entonas las melodías que me gustan. Cuando te pregunto cómo está el mundo, me lo cuentas sin rechistar. Y si te olvido y te dejo en un rincón, no protestas y me ofreces una sonrisa cuando vuelvo a ti. Querida amiga, hoy te escribo para decirte que no podría vivir sin ti. Si fueses una mujer, odiaría que fueses tan complaciente. Pero no lo eres, no tienes sexo ni pensamientos propios. Sólo piensas, cantas, hablas y te expresas cuando yo quiero. Me ofreces viajes que envidiaría el mismísimo Marco Polo. Los sueños más increibles que este pobre soñador se atreve a pedir están a mi disposición en tus manos. Etéreas manos que abarcan este mundo y todos los que la imaginación es capaz de inventar. Se que seguirás aquí. Conmigo. Con todos y para todos. Mi amiga, amante y esposa de mil nombres distintos condensados en uno sólo. Yo te llamaré siempre amor, aunque sepa que tu nombre es Radio.

Atentamente: Santi Malasombra

jueves, 3 de enero de 2013

LI

En el abismo del sueño dulce
los dioses me encargaron dibujarte.
No tengo lápices ni pinceles,
pero sí ojos que moldean
la sutíl silueta de tu cuerpo
en la huidiza niebla.
No tengo lienzos de algodón,
pero sí tu piel salada
y salvaje que espera mis manos
como el acantilado aguarda
las olas del bravo mar.
No tengo paleta de colores,
pero sí tus labios
de rojo intenso y pecador,
tu mirada de fuego,
tu caricia de leve llovizna
que al arcoiris llama.
En pesadilla se torna mi sueño.
Paralizado ante tu belleza,
temblorosos suspiros,
torpes movimientos
de mi alma de artista.
Lo intento y no puedo.
No puedo y no debo
encerrar tu hermosura
en una obra acabada.
Tu presencia esposa
los trazos que
no han de llegar.
Mujer etérea, mística,
libre y poderosa.
Jamás te harán justicia
las líneas de un pintor.
Fracasado y vencido
me presento a los dioses.
Las lágrimas me delatan.

No pudiste dibujarla, ¿verdad?
me dicen sonriendo.
¡No sufras! ¡Alégrate!
Conociste a la mujer
que a la misma Afrodita
hace palidecer.
Privilegiado eres
sólo por contemplarla.
Ahora sigue soñando.
Soñando con ella.
Junto a ella.
Para siempre.
No quieras despertar.
Huirá si lo haces.
Es tu maldición
y tu destino.
Vivir con ella
en la onírica penumbra
que todo hombre desea
cuando ve a la mujer
que tus ojos han visto.

Santi Malasombra