miércoles, 15 de agosto de 2012

XXXI

Amenaza el ardiente sol
con su pirómano calor.
No sabe que no alcanza
al que desprende tu piel
junto a la mía.
Sudores de placer
con rayos de tormenta.
Caricias pirómanas
que encienden
hasta el más gélido
de los glaciares.
Besos húmedos como
el agua del huracán,
que gira poderoso
en busca de tu cuerpo.
Cuerpo caliente
que enloquece al mío.
Cuerpo dulce
que embruja mi paladar
con sabores prohibidos.
Sabores que se unen
para desafiar
la manzana prohibida.
Fruto del pecado
que quiero comer
para condenarme contigo.
El Paraíso no es tal
si no estás en él.
Las llamas del infierno
serán doblegadas
por nuestra pasión.
Ya no quemarán.
Servirán para iluminar
tu desnudez a contraluz,
tu boca melosa,
tus manos de seda,
tus ojos de loba.
 
Santi Malasombra
 

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