Las circunstancias intentaron arrebatarme la niñez.
Y lo consiguieron. Se fue al cielo con mi alma.
Pero luché sin descanso, sin tregua.
He vencido al maldito destino
recuperando la niñez en mi traje de adulto.
En todas las guerras hay bajas.
Dolorosas bajas que me obligan a derramar lágrimas.
Pero compensa vivir con su recuerdo.
Mi lucha tendrá sus frutos
cuando me una a ellos.
Y, en el paraíso al que aspiro a llegar me digan:
Hijo mío, estamos orgullosos de ti.
Santi Malasombra
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La niebla secuestra mi mente. Exige un rescate. Escribir es el pago por mi libertad. Santi Malasombra
martes, 24 de julio de 2012
XIX
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