lunes, 11 de junio de 2012

IX

El río de frías lágrimas se desbordó.
Abundantes han sido, pero no quedan.
Todo lo hice por seguirte al bosque,
me humillé, de rodillas me puse ante ti.
No bastó, nada basta para saciar tu hambre.
Hambre de amor, hambre de mi, hambre de nada.
Tu insaciable gula me devoró al fin.
No te culpo, loba de instintos primarios,
loba que devora sin compasión las almas.
No he sido príncipe, ni hombre,
sólo un bufón entre tus afiladas garras.
Acepté tus cadenas, tu yugo en mi cuello.
Te di mis alas, mi sangre, mi aliento.
Invoqué tu perdón por mis gélidas palabras,
pero no fueron frías...no fueron frías.
Retiro mi disculpa desesperada.
Arrodillado no puedo ver tus ojos.
Arrastrado por el fango no puedo sentirte.
Loba poderosa, perturbadora y altiva.
Sedienta de sangre esclavizada.
Huyo de tu reino.
Moribundo y desangrado espero llegar,
no importa dónde, pero llegar.
Ya no hay lágrimas...
Ya no hay...
Ya no...

Santi Malasombra

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario