sábado, 2 de junio de 2012

IV

El anochecer me alcanza cuando no estás.
La fría brisa de la tarde me asusta,
anuncia que el amor no volará esta noche.
Añoro el sol de la mañana,
el amanecer de tu cuerpo,
el nacimiento de tu risa.
La oscuridad me priva de tus ojos.
Siento tus caricias en la ceguera del ocaso,
pero quiero más. Soy insaciable.
Mis sentidos desean la vida, todos ellos, sin excepción.
Verte, tocarte, olerte, oirte y degustarte.
Amanece para mi, Loba.
Que la oscuridad se arrepienta de existir.
Que pida perdón por privarme de tu belleza.
Que la condenen por impedir nuestras miradas cómplices.
Cómplices para siempre, cómplices del delito de amar,
cómplices de apasionados encuentros.
Si el juez de la noche se atreve a juzgarnos,
la luz, apasionada y sincera, nos indultará.

Santi Malasombra

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