miércoles, 30 de mayo de 2012

I

Rumbo a la costa del desamor me dirijo.
Mis lágrimas saladas buscan a sus hermanas del mar.
Mi alma grita desesperada y nadie la escucha.
Mi corazón lacerado no quiere sufrir más.
El infierno tenebroso me espera.
Eternamente condenado, castigo cruel, sed eterna...
Sin naranjas para saciarla, sólo ponzoñoso veneno.
Este es mi macabro destino.
Ansío la oscuridad de mi vida.
El ocaso de mi camino.
Preferible es la muerte a vivir sin mi Loba.
Jugué con su fuego y me devoró...
Me hechizó con su magia y me traicionó...
La esperanza del amor sentí por un instante...
Sólo por ella viví...y por ella quiero morir.

Santi Malasombra

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